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Músicas minúsculas (BSO)
La mayor de las sorpresas que me he llevado con la música – en tiempos relativamente recientes, aunque me alimento de ella desde niño – es que es el asunto que me ha llevado a ejercer con una facilidad insospechada un tipo de escritura, entre literaria y filosófica, de la que nunca me había creído capaz. Y esta es una (más) de las razones que hacen que la música sea lo que es para mí. Nada consigue moverme a pensar y a escribir como la música. Y pensando y escribiendo sobre música, consigo pensar y escribir simultáneamente sobre casi cualquier cosa que me interesa. Para mí, al menos, la música funciona como un catalizador de las reacciones químicas en que se basa mi pensamiento.
El grado cero de la partitura
Sugerencias inútiles para dejar de hacer y escuchar música
Eolas/menoslobos, col. Ursa Minor, 2025
Roland Barthes se refería a la escritura de «grado cero» como la propia de aquellos textos literarios que se presentan aparentando quitarse de encima cualquier marca de las prácticas literarias precedentes o coetáneas. En El grado cero de la partitura se desarrolla una aplicación del concepto al caso de la música y se identifican varias modalidades musicales que emergen de territorios en los que no cabe hablar de «arte» musical, que están «más acá» o «más allá» de lo establecido como musicalmente correcto: la música anodina de las superficies comerciales, la música privada o de baja calidad técnica, el ruido y el silencio. Todos estos territorios se han confirmado como suelo fértil para la creación musical de la más alta originalidad y nivel artístico, contraviniendo en cierto modo el afán de desconexión respecto a lo musicalmente canónico por parte de sus artífices.
La tenista esquimal contra el eterno masculino
Música minúscula frente al canon patriarcal
La Vorágine, col. Textos (in)surgentes, 2023
El macho canta y las hembras caen rendidas a sus pies.
Este sería el juego de roles pronosticado por Darwin y
sus palmeros si la música fuera un resultado evolutivo de La selección sexual. Pero la asimetría hombre/mujer ni es natural ni es inevitable. Guillermo Lorenzo constata en este preciso(cioso) artefacto escrito que si existen muchos más músicos masculinos que femeninos es porque ha habido más hombres que mujeres que han tenido la oportunidad de desarrollar su talento musical; pero también porque las mujeres que lo ha hecho están menos representadas en el relato histórico.
De la música minúscula
Eolas/menoslobos, col. Ursa Minor, 2022
Junto a la belleza de las sinfonías de Bruckner o Shostakóvich, existe la de las canciones de Jonathan Richman o Daniel Johnston. Compete al oyente juzgar la grandeza de cada cual, por supuesto, pero no existe oyente más afortunado que el que consigue disfrutar del estado de perplejidad al que todos esos artistas, cada uno a su manera, consiguen transportarnos. Este libro está dedicado, en particular, a esos músicos que no esperan grandes ovaciones en auditorios monumentales ni galardones de manos de altezas reales. A la belleza de la música que se escribe con minúscula.