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reggae musicS of jamaica

Train to Skaville

 

La caña de azúcar y la bauxita fueron durante buena parte del siglo veinte la principal justificación para, como diría el añorado Eduardo Galeano, abrir las venas de Jamaica, hasta dejarla moribunda cuando la explotación de una y otra dejó de dar los escandalosos márgenes de beneficio propios de un sistema de explotación colonial. La herencia acaso más memorable de esa fase de la historia de Jamaica fue, aunque exigua y efímera, la red ferroviaria que aquellos negocios llevaron a un cierto esplendor a mediados del siglo pasado. Y, por añadidura, la inspiración, mucho más extensa y duradera, que provocó en la música popular de la isla de los años sesenta, casi al límite del momento en que el sistema de trenes comenzó a acumular una deuda insostenible, hasta colapsar definitivamente a comienzos de los años noventa. 

 

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BalaclavaRovingF20051128NG.jpg

Aspecto de la estación de Balaclava, en la línea Montego Bay-Kingston

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Aspecto de la terminal de trenes de Kingston. 

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La red ferroviaria jamaicana en los tiempos dorados del medio consistía en una especie de Y escorada hacia la izquierda, con una rama noroccidental desde Montego Bay y otra nororiental desde Port Antonio (Portland Parish). Convergían en Spanish Town, desde donde alcanzaban la ya cercana Kingston, al sureste de la isla (1). La Y jamaicana fue musicalmente inmortalizada en 1968 por The Ethiopians, el dúo entonces formado por el excepcional compositor Leonard Dillon y por Stephen Taylor. Su canción 'Engine 54', que además daba título al exitoso disco publicado el mismo año, decía lo siguiente y sonaba así:

 

 

 

 

 

 

 

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'Engine 54' es una apología (casi ya una elegía) a la fundamental red de oxigenación que la Jamaica Railway Corp. aportó a la población de la isla durante varias décadas. Al mismo tiempo, tal vez sobre todo, una especie de composición a la manera futurista dedicada a la mítica locomotora de General Electrics que operó para la JRC hasta 1968, es decir, el mismo año en que The Ethiopians publicaban el disco. Una canción de despedida, pues. Y en más de un sentido, como veremos abajo. En la fotografía inferior aparece tal como el disco la glorificó. Si nos desplazamos de nuevo hacia arriba en la pantalla, veremos que es la misma que descansa en la abandonada terminal de Kingston. En paz, suponemos.

  '     

 

 

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Las líneas de la Jamaica Railway Corp. podían llevarte a lugares como Windsor Castle, en el ramal de Portland, o Cambridge y Montpelier, en el de Montego Bay. Sin salir de la isla. No, en cambio, por mucho que uno pudiera desearlo, a un lugar llamado Skaville, muy a pesar de la promesa de la canción estrella del disco de The Ethiopians: 'Train to Skaville'.

   

Comenta Lloyd Bradley que el 'Train to Skaville' de The Ethiopians es una de las canciones más desafortunadamente tituladas de la historia de la música popular. En su opinión, la canción no es, para comenzar, una pieza de ska; además, el ska, que como el ferrocarril jamaicano ya había entrado en decadencia en 1968, pudo ser para el dúo un punto de partida musical, pero no desde luego el de destino (2). El disco de The Ethiopians se subtitula, de hecho, The Ethiopians Go Rock Steady, en alusión al emergente estilo musical filtrado por el soul estadounidense que comenzaba a hacer furor.

  Me cuesta disentir de Bradley, al que considero uno de los mejores historiadores y divulgadores de las músicas jamaicanas, pero 'Train to Skaville' es, aún, ska. Ralentizado, como una locomotora al llegar a su punto de destino, pero ska. Tanto como lo es, también, 'Engine 54' (canción). El disco de The Ethiopians se mueve aún entre ambos estilos. Las asociaciones ferroviarias en el disco con el ska tal vez estén, ciertamente, señalándolo como el estilo decadente, con un ritmo que ya ha perdido fuelle. Pero Engine 54 (disco) sigue siguiendo una obra de la que pueden disfrutar por igual los amantes del ska y los adoradores del rocksteady. Si es que alguien hay que no sea ambas cosas al mismo tiempo.

   'Train to Skaville', concluyo tras escuchar atentamente la letra, es en realidad una nana. Con algo de la melancolía propia de aquellos cortos de plastilina sobre locomotoras perdidas o en dificultades que, procedentes de los países del este europeo, veíamos en la tele quienes fuimos niños en los setenta a la espera de mejor programación. Eso sí, con un mensaje final, hasta cierto punto ingenuo, pero libertario, alusivo tal vez a ese punto de libertad que perdían los jamaicanos al mismo tiempo que su ferrocarril (3).

 

Engine 54

Beep, beep

Engine 54

Beep, beep

Leaving from Kingston

Leaving from Kingston to Spanish town

Bog walk, Montego bay

To bog walk, Montego bay

I said these people on the countryside

Used to rely on engine 54

It's engine engine 54

Beep, beep

Leaving from Portland back to Kingston

From Portland back to Kingston

This engine engine 54

Engine engine 54

It's engine engine 54

It's engine engine 54

Engine engine 54

Engine 54. The Ethiopians Go Rock Steady

Train to Skaville

(1) 

(2) Bradley, Lloyd. Bass Culture. When Reggae Was King. Penguin, 2001 (p. 109-110) 

(3) La excelente compilación de The Ethiopians para Kingston Records (2013) se titula Freedom Trail (4).

(4) Lectura recomendada: Satchell, Veront M. (2003). "The rise and fall of railways in Jamaica, 1845-1975". Journal of Transport History 24. 

JRC_intro_img.jpg

Train to Skaville

Train to Skaville
Chicke chicke chicke
Beep beep train to Skaville
Pick your seat
Everyone on board
Chicke chicke chicke chicke chicke chicke
Psh
Beep beep
Free man free
Free as a bird in a tree
Beep beep

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Esta es una licencia de cultura libre.

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